martes, 2 de agosto de 2022

Ridícula lindura.

 Nunca quise que te fueras pero en retrospectiva; puede ser lo mejor que pudiste hacer por mi en toda tu vida, después de todo no existe algo que diga cómo es que la vida debería de ser. No importa cuantas mentiras inventen, el caos se hace presente al final del camino haciendo de nuestra comprensión algo verdaderamente ridículo.

Perdemos el tiempo profundizando en los sentimientos que podríamos afrontar mientras existen horrores más allá de nuestra comprensión esperando justo frente nuestras narices. Eso lo aprendí cuando en una conferencia dada por una criminalista me enteré de que había un asesino serial a unas cuantas calles de mi casa, un paso en falso y me habría cruzado con él, dos pasos en dirección errónea y nunca te habría conocido.

Ay Adriana, Recuerdo cuanto te cagaba que alimentara mi depresión con música triste, auto laceración y otras mierdas. Como si no pudiera conseguir la misma sensación que solías conseguir tirándote a medio campus, al cortarme los brazos y golpear mi cabeza contra la pared, al menos yo no tenía que lastimar a terceros para conseguir satisfacción. Por desgracia me civilicé y ahora me alcoholizo y lanzo contra la multitud buscando alguna estúpida pelea mientras el suicidio se muestra cada día más cercano.

Podrás aprisionar mi mente pero nunca podrás volverme una copia de ti.

Sin embargo no he hecho más que desquitarme cómo he podido con cualquiera que me recuerde cómo solías creerte el centro del universo. He gastado mi vida entera pretendiendo que puedo encontrar una solución para aquello que se ha roto muy dentro de mi. Esperé encontrarle algún sentido a esta cruzada pero me encontré con la bastarda realdad que me muestra cuán inútil fue toda mi peregrinación.

No importa cuanto habré sangrado, la libertad ha valido la pena, pues entre tus garras la existencia se vuelve demasiado insípida cómo para merecer ser vivida.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

No sé porqué.

 Deberás perdonarme por lo hiriente y despectivo que he intentado ser ultimamente pero para serte estúpidamente honesto no encuentro otra ma...