miércoles, 21 de septiembre de 2022

Al ver tu rostro.

 Muchos han caído en la dulce mierda que sale de la sucia cloaca que llamas boca. No puedo dejar de añorar aquellos momentos en los que llegué a ser tan estúpidamente afortunado de tenerte sin malicia alguna emergiendo de nuestras manos.

Todo debe cambiar a pesar de todo.

Sólo somo dos entes cuyos sucesos ocurrieron de manera perpendicular, el tiempo ya ha pasado y no hay nada que me pueda hacer sentir tan vivo como tu sola presencia. No importa cuánto busque.

 Ahora, entonces y después de todo, me encuentro contemplando la silueta que has dejado impresa en lo más profundo de mi miente y mi conciencia. Como un simple estúpido enajenado por lo único bueno que me ha sucedido en toda mi vida.

Para ser honesto me entristece un poco que eso seas tu y que no tenga más remedio que volver a mi rincón y al igual que siempre conformarme con simplemente quedarme a la deriva, como un demente forzado a abandonar toda esperanza.

Supongo que eso soy.

Sin embargo; Amor de mi vida y mi legado. Tengo la extraña necesidad de aferrarme a ti. No importa cuánto halla pasado en realidad.

Supongo que a eso se le puede llamar amor eterno u obsesión enferma (Si es que no son lo mismo) No importa, ambas hablan de cuánto me dolido tenerte tan lejos y al mismo tiempo sujetar cualquier aroma imaginario o textura familiar a lo que aún recuerdo de ti.

Amor mío, de mi locura.

Amor mío, de mi vida.

Amor mío, de mi delirio.

Amor mío, de mi nariz.

Ruega por mi eterno descanso y que la blanca muerte; Al fin, me reconforte el espíritu con la suave inexistencia.

No sé porqué.

 Deberás perdonarme por lo hiriente y despectivo que he intentado ser ultimamente pero para serte estúpidamente honesto no encuentro otra ma...