Muchos han caído en la dulce mierda que sale de la sucia cloaca que llamas boca. No puedo dejar de añorar aquellos momentos en los que llegué a ser tan estúpidamente afortunado de tenerte sin malicia alguna emergiendo de nuestras manos.
Todo debe cambiar a pesar de todo.
Sólo somo dos entes cuyos sucesos ocurrieron de manera perpendicular, el tiempo ya ha pasado y no hay nada que me pueda hacer sentir tan vivo como tu sola presencia. No importa cuánto busque.
Ahora, entonces y después de todo, me encuentro contemplando la silueta que has dejado impresa en lo más profundo de mi miente y mi conciencia. Como un simple estúpido enajenado por lo único bueno que me ha sucedido en toda mi vida.
Para ser honesto me entristece un poco que eso seas tu y que no tenga más remedio que volver a mi rincón y al igual que siempre conformarme con simplemente quedarme a la deriva, como un demente forzado a abandonar toda esperanza.
Supongo que eso soy.
Sin embargo; Amor de mi vida y mi legado. Tengo la extraña necesidad de aferrarme a ti. No importa cuánto halla pasado en realidad.
Supongo que a eso se le puede llamar amor eterno u obsesión enferma (Si es que no son lo mismo) No importa, ambas hablan de cuánto me dolido tenerte tan lejos y al mismo tiempo sujetar cualquier aroma imaginario o textura familiar a lo que aún recuerdo de ti.
Amor mío, de mi locura.
Amor mío, de mi vida.
Amor mío, de mi delirio.
Amor mío, de mi nariz.
Ruega por mi eterno descanso y que la blanca muerte; Al fin, me reconforte el espíritu con la suave inexistencia.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario